Hilo Negro y El Clan
8 Noviembre 2013
Centro Cultural Garra
En ciertas noches es posible ver
lo que quizás en otras vidas tomaría años.
José Manuel Aguilera
Después de dar un par de vueltas
por Santa María la Ribera, encontramos el Centro Cultural Garra, junto con otros despistados que no daban con
la dirección, igual que nosotros. Estamos afuera y ya se escucha el canto de una sirena.
Llegando al foro, tomamos nuestros “lugares”. A pesar de que ya son las
11:00 pm no hay mucha gente todavía, pero por si las dudas, nos acomodamos lo más
cerca, total de conseguir buena vista.
Al frente está ella, delgada, menuda.
Se contonea al cantar, su canto
es profundo, su voz no es como su físico, sí, es hermosa pero no es nada
menuda. Detrás de Julieta Soto hay 4 hombres, todos ellos realizan un trabajo pulcro con
su instrumento. Hilo Negro es el
nombre de la banda que comparte
escenario con El Clan.
Los integrantes de la banda crean un ambiente amigable con el público, bromean y
actúan como si estuvieran en una fiesta con su familia o sus amistades más
cercanas. Aquello se convirtió casi en una fiesta privada. Como llegamos
bastante tarde, solo oímos unas tres o cuatro canciones, pero bastan para reafirmar
su talento y la calidad de su música y de su vocal.
Antes de las 12:00 El Clan
ya está listo sobre el escenario. Empiezan con Recuerdos, Chacal y Ácido. Al parecer ya no hubo más público, pero
eso no les impide que puedan tocar con calidad y sentimiento. Más bien se crea
un ambiente mucho más íntimo.
Regularmente en Gárgolas el
público está encendido, en esta ocasión no hubo Slam. Gustavo saltaba y se
paseaba, pero no había esa respuesta… aún. Si, la mayoría cantábamos o movíamos
la cabeza pero no hubo brincoteos ni nada por el estilo. Parecía que no había Nada por Arder, pero resultó ser solo Fantasías, pues le hicimos caso al Castor
“deja lejos tus complejos y sueña…”. Y
entonces llegamos a El reino de los Duendes,
esos seres que nos hablan mientras dormimos nos poseyeron, y “brincábamos” un
poco más.
Luego de la emoción, escuchamos Furia,
Más allá del Tiempo e Intriga, todas ellas coreadas por los
presentes. Luego Gus nos decía que no
todo era belleza, ni felicidad… también hay verdugos, son millones, también en
el mundo hay Tortura y no tiene cura.
Entonces te das cuenta que “Da miedo hablar en este mundo, podrías cambiar con
un hechizo” y las culpables son Las Brujas.
Y no puede faltar Sin Sentir…
¿cuánto canté? ¿cuánto bebí? No lo sé, sólo
el tiempo se acabó, ya no sentía nada… nada. Ni siquiera Cariño, para poder odiar, todo en vano... entonces nos llegó el Azul de Media Noche y la banda se
despidió, pero nos complacieron con Despiértame
y fue entonces cuando se organizó el slam, los aventones y caras llenas de sonrisas.
La presencia escénica de Julieta y de Gustavo al frente de sus respectivas bandas es impresionante, fue un privilegio una vez mas tenerlos juntos, en una sola noche. Comparten talento, comparten su música, de esa manera nos comparten amor. Después de las 2:00 am, poco a poco el lugar se fue vaciando, pero el alma de los presentes, estaba llena.
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